Las hemorroides son una dolencia que origina gran número de asistencias en consultas de coloproctología. Característicamente la patología hemorroidal causa picor anal, humedad, dolor y sangrado que aumentan progresivamente con el paso del tiempo. La mayoría de los pacientes se automedican durante años con remedios locales y pomadas demorando la consulta por temor a sufrir una intervención quirúrgica que clásicamente se considera dolorosa y de lenta recuperación.
Actualmente es imprescindible una consulta especializada con un proctólogo, dado que el diagnóstico y tratamiento correctos pueden evitar la progresión y aliviar precozmente la sintomatología.
Las causas de las hemorroides son diversas, pero el estreñimiento es constante en la mayoría de los pacientes. Para su diagnóstico y clasificación no son necesarios complejos medios diagnósticos, con una exploración adecuada y anuscopia-rectoscopia suele ser suficiente. La colonoscopia se realiza en pacientes de riesgo para excluir el cáncer colorrectal.
Antes de que las hemorroides progresen es conveniente visitar a un coloproctólogo experto, esto minimiza o evita el sufrimiento postoperatorio.
Síntomas
Los síntomas de las hemorroides aparecen de forma larvada y se van agravando lentamente en el tiempo con el transcurso a veces de años. En un principio los síntomas son ocasionales y leves en relación con la deposición. Posteriormente pueden hacerse constantes y agravarse en forma de crisis hemorroidales que cada vez serán más intensas y frecuentes si no se corrigen los factores causales o se tratan las hemorroides.
- Sangrado escaso, sangre roja en relación con la deposición, no mezclada con las heces.
- Picor anal y maceración perianal.
- Salida de secreción mucosa por el ano.
- Manchado de la ropa (soiling).
- Aparición de masa carnosa por el ano tras la defecación o de manera constante.
- Dolor. Poco frecuente y no muy intenso salvo en crisis agudas hemorroidales o relacionado con la trombosis hemorroidal. Puede ser muy intenso si coexiste con otra patología anal como la fisura anal.
Clasificación y Grados de las hemorróides
A mayor grado o severidad generalmente se acompaña mayor intensidad de la sintomatología y mayor frecuencia de aparición de las crisis hemorroidales agudas.
Hemorróides grado I: Las hemorroides no prolapsan con esfuerzos, defecación o valsalva. El tratamiento médico y la corrección de los factores de riesgo suele ser suficiente.
Hemorróides de grado II: Prolapsan con maniobras pero se reintroducen espontáneamente en el canal anal al cesar el esfuerzo. Se pueden utilizar procedimientos no invasivos ambulatorios como las bandas o la terapia laser HeLP.
Hemorróides de grado III: Es necesaria y posible la reintroducción manual tras el esfuerzo. Podemos minimizar la agresión quirúrgica realizando hemorroidopexia (fijación) y tratamiento laser HPL. Estos tratamientos precisan mínimo ingreso y una reincorporación muy rápida a la vida activa con escaso dolor postopratorio.
Hemorroides grado IV: No se reducen. Prolapso mucoso. La mayoría de las veces el único tratamiento resolutivo es la hemorroidectomía clásica que suele realizarse en régimen de corta estancia, pero suele acompañarse de un postoperatorio doloroso con incorporación a la vida activa en no menos de 6-8 semanas.